La farsa de un gobernador
La farsa de un gobernador/Columna/Tinta de Quintero
La visita del embajador estadounidense
Turismo de pobreza
Recientemente llegó a tierras oaxaqueñas, el embajador de los Estados Unidos en México Christopher Landau, acompañado de su esposa, al parecer fue una visita ocasional, turística del propio embajador a Oaxaca.
Jamás fue una visita comercial, de negocios, de convenios, o incluso diplomática, o de plano de algún intercambio turístico-comercial o de inversión. No fue así.
¿En qué carácter piso tierras oaxaqueñas el distinguido embajador Christopher Landau?
¿Por qué el gobernador se atribuyó dicha visita como una acción diplomática, cuando no lo fue?
¿Porque utilizó a su gabinete para tener una reunión en privado con dicho personaje?
Lo que sucedió en ese día 30 de octubre fue una visita turística y de sorpresa, para el propio gobernador, una visita inesperada, de la cual también improvisada para el gabinete, pues sin contar con una agenda de trabajo diplomática, Alejandro Murat Hinojosa dispuso a su libertad, o llamémosle capricho político para servir como un simple anfitrión improvisado.
Su primer punto turístico fue en el Templo de Santo Domingo de Guzmán, donde precisamente le gritaron al gobernador ¡te queremos gobernador!, a lo que el propio embajador le contestó-, ¿cuánto te pagó por decir eso? -lo que provocó risas de todos los ahí presentes.
Lo que es indudable que el embajador estadounidense conozca a la perfección como se cuecen las habas de los muratistas.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, policías y guaruras vigilaron a los dos personajes centrales que caminaron plácidamente por las calles principales del mal oliente, descompuesto, sucio Centro Histórico de Oaxaca.
Así lo tiene convertido el innombrable e inepto presidente municipal, que representa a Morena.
Christopher Landau, vino a hacer su papel, sometió una agenda de visita.
En medio de la fiesta tradicional de Muertos, el embajador disfrutó como cualquier turista visitante de lo que le preparó su acaramelado y subordinado anfitrión.
No fue un acto de diplomacia de estado.
En su comunicado, Alejandro Murat Hinojosa, habla de lazos de cooperación, de una reunión de trabajo con su gabinete, habló de lo que no ha hecho su gobierno en diferentes rubros como el de seguridad pública, el de economía, del empleo, de inversiones...
Y reiteró en más mentiras; Paz, gobernabilidad y seguridad, cuando estas son inexistentes en toda la entidad oaxaqueña.
Christopher Landau, habló casi nada, porque su visita fue turística, así de simple.
Caminaron por el corredor turístico de Macedonio Alcalá.
Así Christopher Landau, caminó hasta el viejo palacio de gobierno de Oaxaca, acompañado del gobernador y de su sequito de guaruras y policías, -observó todo a su paso, porque caminaban despacio, atravesaron el zócalo, frente a los puestos de ambulantes de las etnias oaxaqueñas que se encuentran ahí desde hace años y que no tienen respuesta de ningún tipo, que hay mantas, lonas exigiendo justicia, ahí están... ahí viven.
Pero el gobernador trató de que el embajador no los viera, pero fue inútil.
Aunque no se detuvieron, el embajador Landau, abrió más los ojos al pasar por ahí, el gobernador no pudo ocultar la pobreza en que viven los oaxaqueños, el marco de impunidad en que vive la entidad oaxaqueña, y sus millones de habitantes... la muestra está ahí -de manera diaria-, frente al palacio de gobierno.
¿Cuál fue entonces el resultado de esa visita?
¿Ofertar el turismo de pobreza?
¿A qué se refiere el gobernador, cuando dice con un clima óptimo para los negocios?
Sobre el proyecto interoceánico, el gobernador también ilustra sus fantasías... Los pueblos indígenas no avalan dicho proyecto, ¿entonces?
Y solo para conocer un poco de lo que ha dicho el propio embajador en todo este año es que México desalienta la inversión extranjera... así el embajador visita a Oaxaca en medio de la votación en su país, donde no le dan el triunfo a su presidente, el ahora candidato Trump.
Un embajador que, sin experiencia diplomática, sigue disfrutando de unas vacaciones en medio de grandes discusiones de su polémica trayectoria política.
¿Quién pagó su visita turística al señor embajador?
¡¡Continuamos en la farsa!!
¡¡Hasta la próxima!!
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