La sombra de Gabino
La sombra de Gabino/Columna/Tinta de Quintero
Aparecen exgabinistas en campaña
El sello de la corrupción
Antonio Quintero
A cuatro años del pacto de impunidad entre Gabino Cué Monteagudo y Alejandro Murat Hinojosa, se ha guardado un silencio cómplice de la enorme corrupción que prevaleció con el gabinismo. Para dar rienda suelta a otra corrupción con otro membrete, con otra etiqueta política.
Ahora y poco a poco, de manera dosificada, han ido apareciendo todos aquellos actores políticos, los protagonistas de aquel viejo episodio de la coalición de partidos políticos que envolvió al pueblo de Oaxaca, para hacerles creer que el agua y el aceite por fin se iban a poder mezclar de manera uniforme, intacta y verdadera. No fue así.
El pantano de corrupción descarado ha sido ocultado, gracias a ese posible pacto de impunidad que existió en el proceso de entrega-recepción.
Con la única detención de German Tenorio Vasconcelos, se presumió que no iba a ver impunidad. La situación es que solo se convirtió en una patraña más del muratismo.
La simulación es plena.
Los caciques de la política oaxaqueña del Partido Revolucionario Institucional (PRI), continúan enraizados en seguir extendiendo su territorio; José Murat, Diodoro Carrasco y Ulises Ruíz van buscando reacomodo para avanzar con sus piezas, incondicionales y títeres.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república, han resurgido toda una serie de maniacos, enfermos del poder, los podridos en corrupción, ahí estaban todos; en el gobierno de Gabino Cué Monteagudo que sustentó a todos esos enfermos empezando por él mismo, hizo del poder político y público actos inverosímiles, degradantes, fuera de sí. Es el síndrome de Hubris, identificado así por el medico británico David Owen.
Con Gabino Cué llegaron impostores de la democracia, verduleros de esquina, mercaderes de la política fácil y horrenda. El festín de corrupción.
Hubo un exgobernador que manejó dócilmente su doctrina, detrás del propio Gabino Cué Monteagudo, se dice que Diodoro Carrasco Altamirano fue quien discrecionalmente articulaba a Jorge “Coco” Castillo Díaz, para llevar a cabo todas las operaciones financieras y políticas de ese gobierno.
Un grupo de incondicionales, de prestanombres, familiares que hurtaron y abrieron cuentas en diversos bancos.
El gran saqueo en manos de propios oaxaqueños.
Diversos periódicos de circulación nacional hicieron público el desvió multimillonario de recursos económicos a diversas cuentas de “Coco” Castillo.
Pero fue parte de una red de cómplices que operaron con toda impunidad y que algunos fueron observados.
Salomón Jara.Secretarios del gobierno de Cué Monteagudo como Salomón Jara, hoy flamante senador de la república, quien fue secretario de SEDAFPA, Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, luego ahí mismo en esa dependencia llegaría el hermano del mismo exgobernador Jorge Carrasco. La desaparición de mil 200 millones de pesos que pesan sobre Salomón Jara que no han sido comprobados durante su ejercicio.
Alberto Vargas Varela, secretario de administración quien fue denunciado por diversas irregularidades administrativas y financieras, desvió multimillonarios del erario público, pero que actualmente goza de los privilegios de la impunidad.
Y así varios funcionarios gabinistas que salieron por cuerdas en una administración de enorme gran corrupción.
Otro gabinista enfundado en Morena, es el que mal gobierna la capital de Oaxaca de Juárez, Oswaldo García Jarquín quien en menos de dos años destruyó cabalmente a la ciudad capital, patrimonio de la humanidad, una ciudad de baches, a oscuras y falta de seguridad entre otras cosas.
Como buen gabinista, García Jarquín ha “procurado” lograr proyectos que detonen en la propia capital, pero esos proyectos curiosamente tienen y persiguen un fin; inflar los costos y el destino de las ganancias.
Sus queridos amigos y socios son Gabino Cué Monteagudo, Jorge “Coco” Castillo, entre otros distinguidos personajes de la maravillosa corrupción que predominan en sus quehaceres.
Sin lugar a dudas en esta nueva jornada electoral que ya se avecina, han ido apareciendo los rostros de todos esos personajes, con nueva vestimenta, con nueva imagen, con nuevos partidos políticos, o dicho de otra manera con partidos de recién creación, movimientos políticos nuevos pero que en el fondo son lo mismo; la teoría de la corrupción.
Recientemente el nombre de “Coco” Castillo salió a relucir por otro escándalo de corrupción, ahora en el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es decir con el hijo del titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, su hijo León Manuel Bartlett Álvarez es socio de Jorge Castillo y quienes ahora son socios de la empresa Cyber Robotic Solucions, vendió ventiladores respiratorios al IMSS, por la cantidad de 31 millones de pesos, cantidad inflada y a un sobre precio pues además ha firmado contratos en adjudicación directa al ISSSTE por 94.4 millones de pesos. Según datos publicados por el diario El Economista.
Los negocios al amparo del poder...
¡El gabinIsmo en la 4T!
¡¡Nos leemos en nuestra próxima entrega!!
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