Un Congreso improvisado/Columna/Tinta de Quintero
Oaxaca luce un Congreso improvisado/Columna/Tinta de Quintero
Congreso local sometido a los Murat
Se continua con la improvisación en el congreso oaxaqueño, pareciera que no hay experiencia, o efectivamente no la hay, sencillamente porque los empleados que ahí laboran tienen muchos jefes, pero también línea política.
Se instaló la Sexagésima Quinta legislatura en medio de grandes vacíos de autoridad, no la hay porque no hay transición, el cambio es hecho de golpe y porrazo, en medio de la nada.
Ha quedado plasmado, para tristeza de todos, pues no existe un proceso de capacitación legislativa para quienes van a entrar a la renovación de la legislatura.
Se dio así recientemente en la instalación de la nueva LXV Legislatura, pero luego de los protocolos establecidos, los nuevos legisladores no tienen espacio, no les habían asignado su respectiva oficina, se pierden entonces enormes tiempos, en productividad legislativa.
Es volver a empezar, no hay compromiso, y la continuidad es solo ofrecer nuevos empleos a los caza chambas, asesores, secretarias, es la nueva agencia de colocación de empleos.
Y la mecánica empieza a ser la misma, con los enormes vacíos y huecos, con la aplicación de un reglamento interno a modo, esa es la fórmula que se volverá a repetir y que se ha repetido en cada legislatura. Por ello no hay avance, hay cantidad de rezagos legislativos y por ende no existe una nueva técnica que salve el ostracismo de los empleados del congreso local y de sus propias áreas.
El desarrollo y progreso de cada entidad se encuentra precisamente ahí, pero ante tanto exceso de burocratismo, excesos y paranoias, enfermizas de quienes nunca se prepararon para un cargo público de elección popular. Y se somete a intereses mezquinos, de quienes precisamente llegan con ese fin.
Por ello es importante la capacitación, la tarea legislativa, y no salirse de ahí. Es un cargo espontáneo, pero los partidos lo han viciado y corrompido a más no poder.
Es necesario transformar todas las áreas del congreso, para que cada legislatura pueda cumplir en tiempo y forma, y no se empantane en graves rezagos para toda la entidad oaxaqueña.
Carencia de organización, desconocimiento, y vacíos de ley, suman una despiadada improvisación, que además tiene enormes costos económicos.
El congreso debe garantizar la producción legislativa de calidad, para el crecimiento y fortalecimiento de sus ciudadanos, y no con leyes sacadas de la manga, abonando en la perversidad.
El ejemplo de toda esta improvisación, fueron las instalaciones de las diversas comisiones que tendrán todos los diputados y que muchos ni siquiera tuvieron la normatividad de redactar la integración de sus comisiones. Solo se tomaron la foto que les exigió el propio fotógrafo, lo hicieron de manera solitaria, sin supervisión de nadie. Servicios parlamentarios brillaron por su ausencia.
Y los empleados de comunicación social no tenían información, de donde se estaban llevando a cabo la integración de cada una de las comisiones ¡increíble!
Y todavía más; los diputados se quejaron de cómo se dieron las comisiones, es decir; ¿las sortearon?
Parece ser que si hay un responsable; el área de servicios parlamentarios, a cargo del hijo de exdirigente priísta Jorge González Illescas, llamado de igual forma, quien se desobligó de atender y coordinar la agenda de instalación de las comisiones.
Este personaje busca a como dé lugar, lucir su protagonismo en cada sesión, le fascina los reflectores, en cada sesión evidencia a quienes están frente a la mesa directiva, pues se escucha que da instrucciones y acuerdos como sucede siempre, los diputados entonces son pequeños títeres, ventrílocuos de lo que le dicta el titular de servicios parlamentarios, porque expone a los propios diputados a una enorme ignorancia de los procedimientos que deben de llevar.
Jorge González quien “palomea”, y manipula lo que a su interés de su patrón Alejandro Murat le debe de ocultar, o tropezar. Así también el congreso en manos de los Murat.
El congreso oaxaqueño podría ser ejemplo en la improvisación.
¡Nos leemos en nuestra próxima entrega!
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