Sindicalismo brutal/Columna/Tinta de Quintero
Sindicalismo brutal/Columna/Tinta de Quintero
Educación secuestrada
Antonio Quintero
Oaxaca no puede estar peor, y volvió a sucumbir ante los caprichos del sindicalismo brutal de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que por enésima vez volvieron a secuestrar a la capital de la entidad oaxaqueña, la volvieron a desquiciar por completo, a cerrar vías de comunicación, bloquear accesos a la ciudadanía trabajadora, romper esquemas de trabajo, prohibir el uso de tiendas comerciales, cerrándolas, además también del uso de terminales públicas como el aeropuerto, central y terminal de autobuses, violando los derechos humanos de miles de ciudadanos que se vieron afectados por este movimiento sindical que a todas luces brilla como una guerrilla de holgazanes, de vividores del erario público que han sobrevivido a gobiernos sino cómplices, miedosos y cobardes de aplicar la ley de derecho constitucional.
La llamada sección 22 no le importa la educación sino a vivir de ella, de los aparentes compromisos que se firman y convenios que solo a ellos y a sus hordas de salvajes les interesa, pero nunca jamás el proyecto educativo que necesita Oaxaca, que necesitan sus miles de estudiantes de todos los niveles escolares.
Por ello el nivel educativo en la entidad oaxaqueña se encuentra entre los más bajos y peores, a nivel nacional; los ejemplos están a la vista...
Tenemos un verdadero fracaso educativo en Oaxaca, tenemos un lastre de políticos caciquiles que han sido cómplices del libertinaje sindical que ha tenido la sección 22, que por durante muchos años le han permitido “conquistar” retos laborales, parte de su egoísmo y ambición, pero nunca los retos educativos que necesita la entidad oaxaqueña, sus ocho regiones, sus más de doce mil comunidades, que se refriegan en la más aferrada y cruda pobreza y pobreza extrema.
El sindicalismo de la Sección 22 del Magisterio del SNTE en un plantón más.
Su egoísmo y su ambición es tanta como su propia mediocridad, porque en su sed de mezquindades violan, pisotean, degradan, humillan, laceran, a miles de ciudadanos trabajadores, que, si tienen el verdadero compromiso de trabajar, de salir adelante y buscar el progreso para sus familias. Mientras que los supuestos maestros dueños del libertinaje, abusan de su gandallez, de sus orígenes perversos, y secuestran y operan como verdaderos rufianes y delincuentes para originar miedo, y atemorizar a ciudadanos, a turistas nacionales y extranjeros, y no contentos con todo eso llegan a lastimar la débil economía de Oaxaca, para hundirlo más en todos los sentidos.
¿El pueblo de Oaxaca se merece esto? Por supuesto que las autoridades del nuevo gobierno del estado, que encabeza Salomón Jara Cruz, tienen la comprensión del tema, y han permitido el dialogo para analizar las peticiones de este sindicato, para evaluar realmente dichas propuestas. Sin embargo, la cerrazón de este radicalismo sindical está orillando a confrontar la disposición del gobierno estatal y hasta el federal.
No podemos entender que para exigir sus peticiones tengan que usar acciones de guerrilla y sitiar, secuestrar, y hasta amenazar a ciudadanos, empresarios, turistas, transportistas, automovilistas, y prohibirles el paso, esto es inconcebible de comprender. Es inadmisible.
El Gobernador del Estado Salomón Jara Cruz, tiene el apoyo y respaldo del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, y tendrán con toda oportunidad la concertación para lograr que la educación no se vea afectada, pero sobre todo valorar que los tiempos ya no son los mismos que antes. Hoy el presidente de la república tiene la oportunidad de la definición de un sindicalismo brutal o de un sindicalismo a favor de la nación, del progreso y desarrollo que tanto se necesita.
Finalmente pudimos observar que los maestros o profesores de la Sección 22 de la SNTE, sí se deben capacitar, para erradicar su salvajismo preponderante, por el bien del estudiantado oaxaqueño.
Secuestrar la educación es contradictorio de un sindicalismo democrático.
¡Nos leemos en nuestra próxima entrega!
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